jueves, 3 de enero de 2013

Hablar con discernimiento


Cuando decimos lo que pensamos sin tomar en cuenta los sentimientos de la persona a la cual nos dirigimos, nos podemos convertir en personas imprudentes y, hasta temidas.

La comunicación es más que el proceso de emisión-recepción de datos e ideas, concretiza un proceso de reconocimiento mutuo, de interacción e integración entre las personas.

Puedes ser firme y respetuoso al mismo tiempo. No se trata de ser hipócritas, se trata de velar por nuestras relaciones y las personas con que nos relacionamos. Podemos decir lo que pensamos de la manera menos ofensiva posible, evitando así heridas que pueden tomar infinito tiempo en curarse.

Pregunta, escucha y reflexiona antes de opinar. Así tendrás más elementos para expresar adecuadamente tus ideas y cuidarás tus relaciones interpersonales.

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